Vuelve a mí, pequeño

El niño se dejó cargar por el mayor, sonriendo por las cosquillas de los besos en las mejillas. Aunque, sin preverlo, recibió un en los labios.

Se quedó viendo fijamente a nii-chan con extrañeza. Se puso mucho muy rojo, y tocando débilmente sus labios con la yema de los dedos le hacía ver aún más tierno.

La sensación fue por demás distinta. Se sintió tan cálido, tan reconfortante, tan bien... Justo como en las novelas que suele ver de vez en cuando.

-¡Quiero otro beso de nii-chan!-pidió sonriente, agitando un poco sus brazos, le había gustado -y mucho- el cosquilleo y calidez de aquél roce...

Me estacioné en la acera de un parque algo descuidado; no hizo falta buscar mucho para darme cuenta de quienes eran: se distinguían fácilmente, sentados "tranquilamente", comunicandose con señas discretas y miradas extrañas; levantandose de vez en cuando y levantando cosas del suelo.

-Son ellos- me dije; sin embargó pensé que probablemente con ellos no podría aplicar las mismas "técnicas" que con cualquiera de los otros: probablemente no supieran mucho de sus lideres; así que decidí hacer otra cosa:

Limpié un poco mi gabardina y la subí por encima de mi cuello; así también enredé mi bufanda sobre la boca; salí de mi auto y me recargué en un pequeño muro cerca de los jovenes. Ellos me miraron por un momento y luego de que uno le hiciera una seña a otro, este se levantó y se acercó a mí; recargandose en el muro junto a mí.

-¿Necesitas algo?- preguntó sin apenas mover los labios.

-Da...- traté de sonar algo desesperado- y lo necesito rápido.

-Pues... aquí tenemos éxtasis, algo de coca, cigarrillos de...

-¿No tienes algo más "especial"?- pregunté; él me miró y sonrió.

-Veo que tengo un buen cliente, sigueme...- caminó unos metros y luego yo lo seguí; anduvimos un par de calles, yo varios metros atrás de él. Me condujo hasta una casucha; ya adentro me mostró una pequeña bodega con diferentes estantes- he aquí lo mejor, ¿eh?, tú mismo lo puedes ver- asentí secamente y me acerqué a inspeccionarlos.

Realmente nunca había sido muy bueno con esto de las drogas: las armas eran siempre mi mercancía preferida. Aún así, traté de parecer seguro y tomé una de las pocas cosas que de ahí conocía: era un polvo blanco y transparente.

-Uy amigo... parece que tienes buen gusto- se burló y tomó un poco en una bolsita- veamos... serán 10 grandes- me dijo extendiendo una mano; yo saqué temblorosamente un poco de dinero y se lo di- ahora sal, pero vuelve si necesitas algo más- me respondió; yo asentí y salí corriendo del lugar.

-Muy bien- volví a mi auto sin que ellos me vieran- sólo es cuestión de poco tiempo para que confien en mí...- me marché rápidamente- aguanta un poco, pequeño.


Sonreí y lo volví a tomar entre mis brazos; comenzando a caminar, tratando de mirarlo a los ojos.

-Está bien, pero cierra los ojos, ¿da?- seguí caminando, deteniendome en medio de una calle que estaba aparentemente desierta.

-¿Para qué debo cerrarlos?-preguntó ingenuamente, mirándolo a los ojos con su aire infantil y sonrojo encantador-Lo haré, pero no me piques la cara-exclamó inflando un poco sus mejillas, y finalmente suspiró, apagando suavemente su grande y roja mirada...

Habían pasado ya unos días desde la primera vez que había visto a esa banda de vendedores; buscando la manera de entrar más en su grupo, iba muy seguido por su "territorio"; y luego de que tuve que pasar una prueba de preguntas (ninguno de ellos se imaginaba por qué nunca parecía estar bajo los efectos de la droga) inventé una historia completa, incluso les dije que la droga era para mi hermano.

En esos momentos, me encontraba sentado entre ellos, siendo inspeccionado por sus frías miradas que esperaban desentrañar mis pensamientos.

-Así que tú: Viktor, ¿quieres entrar al negocio?- dijo uno de ellos refiriendose a mí (les había dicho que mi nombre era Viktor Ivanov); yo asentí simplemente- ¿por qué?, esto no es un juego, ni un negocio fácil, debes ser capaz de enfrentarte a cualquiera que se ponga en tu camino- suspiré: si él supiera la verdad no me estaría diciendo eso; pero yo respondí.

-Lo sé; pero necesito el dinero: mi hermano ha amenazado con suicidarse si no le sigo llevando "eso"...- murmuré. Todos ellos se miraron por unos momentos; algunos se levantaron y le susurraron algo al mayor de ellos; este asintió a algunos.

-Muy bien... pero necesitarás pasar una "prueba"- me dijo sonriendo de forma perversa- siguenos- les hizo una seña a algunos para que se levantaran; luego comenzaron a caminar y los seguí.

Me llevaron de nuevo por las destartaladas calles; pero esta vez, a un lugar diferente; era una casa algo más elegante. El líder entró en ella y todo fuimos detrás de él. Bajamos hasta el sotano, donde no me sorprendió demasiado encontrar una pequeña bodega con diferentes armas. Me mostré algo intimidado, aunque eso no era nada comparado con lo que tenía en casa.

-Escoge una- me dijo sentandose y siendo rodeado por los demás.

-¿Para qué?- le pregunté; los demás rieron.

-Sólo hazlo- me respondió seriamente; yo me acerqué para verlas mejor; di una vuelta completa por la bodega. Y, quizás contrario a lo que ellos pensaban, no elegí un arma grande, sino una pistola mediana; no era muy alto calibre, pero fácil de manejar, de ocultar y bastante efectiva: ahora sí estaba en mi elemento. El jefe sonrió levantandose- buena elección Vitya; ahora esperaremos a que anochezca: preparate para tu prueba.

Las horas hasta la noche pasaron con suma rapidez. Todo el tiempo me mantuve en un rincón: pensando; ninguno de ellos se acercó a mí hasta que el reloj marcó las 11 en punto; luego me mandaron que me levantara y los siguiera.

Me llevaron de nuevo a la calle; caminamos sin rumbo por algunas cuadras hasta que divisamos a una pareja de jovenes que reían y se besaban a la luz de un faro únicamente.

-Dispárales- me dijo el jefe, yo lo miré directamente a los ojos.

-¿Qué?

-¡Dispárales!- me dijo levantando un poco la voz- no me importa si los matas o no, sólo hazlo- levanté una ceja pero accedí levantando el arma; estabamos a unos 20 metros de ellos y algunos detrás de mí murmuraban que no lo lograría. Sonreí por un momento y jalé el gatillo.

El sonido de la explosión rompió la noche y al momento siguiente ambos jovenes se hallaban cubiertos de sangre: había dado en el costado de ambos; esto siguió a un murmullo aún más espectante por parte de la banda. Miré a los jovenes hasta que alguien puso una mano sobre mi hombro.

-Buen tiro; bienvenido Ivanov- asentí y ellos se fueron dejandome solo; me recargué en la pared guardando mi arma; llamé a una ambulancia y me marché de ahí antes de que llegara.

Una sonrida amarga surcó mis rostro: estaba más cerca de Nikté.


Esperé a que hubiese cerrado los ojos y me acerqué a él lentamente; junté nuestros labios, saboreando por un momento la suavidad de aquello. Su boca entreabierta me dejaba disfrutar más de mi intromición en aquel perfecto lugar. Lo abracé delicadamente y me separé sólo hasta que noté que él buscaba más aire.

Lo miré levantandome un poco y acariciando sus cabellos.

Algunos días pasaron, y el sufrimiento del menor no parecía reducirse; después de que tuvo una recuperación "aceptable", fue puesto a "trabajar", en un pequeño negocio en Odessa, ya que había "aprobado" el "examen de admisión en Kiev.

No era muy necesario que hiciera bailes o "privados", sabiendo todos su parentesco con el temido y odiado Braginski era más que suficiente para tenerlo en la zona "exclusiva", constante en una habitación bien arreglada, tendido sobre una cama, maniatado y drogado para que no hiciese nada; su precio era exorbitante, pero lo valía, sino por el simple hecho de compartir sangre, su inocencia y deliciosa entrada lo convertían en un blanco perfecto para hacer ricos a sus captores.

Todos los días eran iguales a los anteriores, constantes en golpizas, víctima de todos los fetiches habidos y por haber, y demás daño a su débil mente, por lo que poco a poco su salud comenzó a menguar, y aunque se le suministrasen todo tipo de nutrientes, era obvio que la depresión le estaba matando poco a poco.

-Oiga jefe, éste niño está muy mal-exclamó, señalando al niño, que seguía en la cama, casi en la misma posición que lo había dejado el anterior cliente.

-No te fijes, luego lo enviaremos a Moravia o Rusia, que ellos se hagan cargo del mocoso-exclamó el tipo, metiendo fajos de billetes en un maletín, sin fijarse apenas en la sangre que corría de la entrepierna del infante, que muy apenas respiraba ya, en un estado de trance muy profundo...



El pequeño se dejó guiar por las palabras de nii-chan; abrió lentamente sus ojos al sentir de nuevo los labios de nii-chan sobre los suyos, abrazándole por el cuello, tocando ligeramente sus cabellos y poniéndose de puntillas. Correspondió con ingenuidad e inexperiencia al roce, quedando mucho muy rojo por la pena, sintiendo que le estaba faltando aire.

Sintió la mirada de nii-chan sobre él, por lo que la apartó mucho muy lindo, cubriendo su rostro con las manos, ocultando lo mucho que le había gustado.

-Q-Quiero Filetti di triglia ripieni con finocchi in padella con uvetta...-exclamó en un susurro el niño, caminando un poco, sintiendo una molestia en sus pantalones, pero no dijo nada...



*Filetes de trilla rellenos con hinojo salteados con pasas de uvas [italiano]

-Ey... ey... Braginski, ¡despierta!- abrió los ojos sorprendido de que me llamaran por mi apellido; enfoqué mi mirada hacia todos lados hasta que me encontré con el tipo que me había recivido a mi llegada a Kiev hacía ya un tiempo.

-¿Pasa algo?- el negó.

-Me enviaron para que viera como estabas: el jefe ya está algo impaciente y quiere que regreses...

-Pero no puedo hacerlo, ¿da? tengo que encontrar a Nikté antes de volver- el asintió.

-Claro que me lo dijo él también y... le conté lo que estaban haciendo aquí- levanté la mirada- al parecer está muy complacido con que te hayas logrado infiltrar, por lo menos en el círculo inferior. Así que decidió dejarte un poco más- suspiré- sólo que a cambio quiere que acabes con algunos cabos sueltos- me extendió una nota con una lista de por lo menos 8 nombres- no te preocupes, no te quitarán el tiempo, muchos de ellos deben de estar relacionados con la desaparción de tu hermano- asentí esperanzado- por ahora me retiro- se fue, dejandome unos momentos confundido.

Me levanté poco después, me vestí y tomé algo para comer; salí a la calle casi desierta: en esos últimos días había conseguido un departamento a las afueras de la ciudad. Aunque hacía que me quedara lejos el punto de reunión con la pandilla, por lo menos me sentía menos vigilado por ellos.

Así pues anduve hasta el parque de siempre; luego de unos minutos, me encontré caminando hacia ellos, haciendoles una discreta señal con la mano.

-¡Ivanov!, ¡te estabamos esperando!- clamó el líder en cuanto me vio acercarme- necesitamos que lleves algo de mercancía- me señaló un auto negro algo viejo estacionado en la banqueta del parque.

-Muy bien, ¿a dónde la llevaré?

-Muy cerca de Odesa; cuando estés a punto de llegar un auto te interceptará. Aquí están las cuentas de lo que debes de entregar- me entregó una nota, yo la miré algo extrañado.

-¿Somniferos?- no eran muy comunes.

-Sí, somniferos, depresores... tú sabes es un pedido importante para un lugar importante- dijo ufano y me entegó las llaves del auto- ve ahora y recuerda que te tiene que pagar- yo asentí, tratando de encontrar lógica a todo eso.

-Hay algo aquí... este es un gran paquete, ¿da?- me dije a mí mismo subiendo al auto y arrancando- espero que me sirva para encontrar a Nikté.


-¡Está bien!- le contesté- sé donde te gusta comprar- dije contento. Note algo extraño en la forma en que caminaba- te llevaré pequeño, ¿da?- sin darle tiempo a respuesta, lo puse detrás de mí para llevarlo sobre mi espalda.

El niño sólo asintió, mucho muy alegre, dejándose cargar y reposando su cabeza en la amplia espalda de su ahora novio.

-¿Qué es ésto...?-la molestia en su pantalón aumentó con el roce entre nii-chan y él; llevó la mano hacia su bolsillo, y notó algo raro-¿Qué no había dejado mi yo-yo en casa?-se preguntó, tirándolo al suelo, sintiéndose mucho más cómodo...

Conduje no por mucho tiempo; alejandome de Kiev, dejando que las divagaciones corrieran por mi mente; y cuando menos estaba conciente, un automovil pasó frente a mí muy bruscamente, obligandome a detenerme; me estacioné a un lado de la carretera, mientras veía como bajaba un hombre delgado del otro auto, me hizo una seña y bajé yo también.

-Tardaste mucho, te estabamos esperando desde hace una hora- me indicó señalando su reloj.

-Lo siento- me excusé, señalando con una mano el carro- pero aquí está lo que necesita- me miró a los ojos.

-De acuerdo, dejame ver...- esperamos a que no pasara nadie junto a nosotros y abrimos la cajuela; miró el contenido unos momentos, verificando que todo estuviese bien- correcto; el dinero está en mi auto. Los intercambiaremos- me dijo dandome las llaves de su auto, las tomé y le di las mías. Luego de eso su voz se volvió menos formal y más amigable- tu primer viaje con ellos, ¿no?

-Da... y uno muy grande- comenté como sin nada, buscando obtener información.

-Ya lo creo- estabamos junto a su carro y me mostró el dinero, luego seguimos hablando- se necesita mucha para mantener dormidos a tantos pequeños por tanto tiempo, ¿sabes?, bueno, yo me tengo que ir- abrí los ojos de golpe al escuchar sus palabras, pero cuando me di la vuelta para enfrentarlo, había tomado el auto con la droga y se alejaba.

Rápidamente yo subí al mío, mirando a un lado un maletín lleno de dinero. Aceleré, buscando el carro en medio de una conglomeración de coches que parecían atorados y justamente en ese momento; para cuando salí del embotellamiento, el auto ya no estaba.

-Nyet...- me golpeé contra el tablero del carro- lo siento pequeño... perdoname...


Me reí por las palabras de mi pequeño; anduvimos varias calles, buscando el lugar donde las compraríamos; sintiendo su cuerpecito contra mi espalda, feliz de la cercanía y el momento tan bello que compartíamos.

-¿Nikté es feliz?- le pregunté cuando estabamos a punto de llegar.

-Uhm...-se quedó pensando un poco, cerrando sus ojos, abrazándole más por el cuello-Sólo si nii-chan está conmigo-respondió sincero, riendo bajito y besando su mejilla; estornudó un poco, y tembló por el frío, sintiendo mucho sueño...

Volví a la ciudad cuando ya estaba anocheciendo; llegué al parque en donde todavía estaba la mayoría de la banda; bajé dando un portazo y acercandome a ellos.

-¡Vitya!, ¿cómo fue el viaje?- me preguntó uno de ellos, aunque yo no respondí.

-¿A dónde iban a llevar esa droga?- pregunté en cuanto estuve a su lado, ellos me miraron confundidos?

-¿A qué te refires?

-¡La droga!, ¿a qué parte va exactamente?- les dije agitando las manos, esperando que me dieran una respuesta.

-Pues... a Odesa por supuesto, aunque no preguntes la dirección, porque no la sé; he ido varias veces a la ciudad pero nunca he tenido por qué segurlos- respondió.

-Entonces... ¿para qué la usan?

-Ammm... no estoy muy seguro, pero... creo que ellos trafican con personas, no estoy muy seguro con qué clase de personas, pero ya te imaginarás para qué necesitan los somniferos- abrí los ojos- y bueno, luego de tu interrogatorio, ¿por qué estás tan interesado en ello?

-Yo... yo sólo... tenía mucha curiosidad- respondí lo más creible que pude- aquí está el dinero- les extendí el maletín; el jefe lo contó y me sonrió dando su aprobación- creo que me voy, ¿da?, tengo que ver a mi hermano pronto- ellos asintieron dejandome ir rápidamente.

Me alejé lo más velózmente que pude, llegando a mi apartamento y encerrandome; comencé a sacar todas las armas que había guardado y a ponerlas en mi auto; saqué todas mis cosas y llamé por telefono a mi contacto aquí en Ucrania.

-Privet; soy Iván; salgo ahora mismo de Kiev.

-¿Qué?, ¿por qué?

-Creo que ya sé dónde tienen a Nikté.

-¿A sí?, ¿dónde?

-Odesa- respondí- y salgo ahora mismo para allá; te llamaré en cuanto llegue, y dile al jefe que no se preocupe: acabaré con quienes me dijo, estoy seguro de que me servirá buscarlos- no lo dejé responder; corté la llamada y salí directo hacia Odesa- espero que esta vez lo logre.


No podía expresar lo feliz que me hacía estar a su lado y que me dijera esas palabras, porque siempre las he creído y querido ciertas.

Pronto vi que comenzaba a temblar y a quedarse dormido sobre mi espalda.

-¿Estás bien, pequeño?, ¿quieres que volvamos a casa?- susurré.

-Estoy bien...-respondió, bostezando mucho y tallándose los ojos-¿Qué... es lo que hace feliz... a nii-chan...?-susurró, quedándose dormido poco a poco, respirando quedamente...

__________________________

*si te trabas o algo solo responde lo que nikte dice hasta que te llegue la inspi o algo ^^

Llegué a la ciudad al día siguiente; no podía creer que hubiese manejado toda la noche, pero seguía sin ser tan importante como encontrar a mi pequeño.

Busqué pues un lugar donde pudiera quedarme y esconder el auto con todas las cosas; encontré una pequeña casa con garage. Dejé la mayoría de las cosas ahí y salí para recorrer la ciudad.

Pasé por todo el centro, buscando el lugar en dónde lo pudiesen tener; las emociones se vertían dentro de mí, mareandome y llenandome de dolor, al no haber encontrado nada aún.

¿Qué tantas cosas le habrían hecho a Nikté para ese momento?; no quice pensarlo, y por segunda vez en mi vida, me arrepentí de haber convertido mi vida en un callejón sin salida, en el que los únicos destinos son el placer o la muerte.

Agité mi cabeza, queriendo alejar cualquier pensamiento que nublara mis reflexiones, por el momento lo más importante era volver a tener a mi pequeño junto a mí, fuese cual fuese el precio.

Anduve un poco más, hasta que me topé con algo que me hizo sonreír a pesar de todo: un cartel enorme, sobre el cual, en la parte superior, resaltaba uno de los nombres que estaba en la lista.

-Políticos... siempre serán los más fáciles de encontrar- me dije, tomando la dirección y dando media vuelta, en busca de la siguiente víctima de mi venganza.


-... tú- fue lo único que le dije, y una de las pocas cosas verdaderamente sinceras que he dicho en mi vida- sólo estar junto a ti es la felicidad para mí, ¿da?, Nikté es todo lo que yo quiero en este mundo.

Lo miré por sobre mi hombro, sus ojos ya estaban por cerrarse completamente y su respiración se había vuelto pausada y tranquila; suspiré enternecido y reduje el paso para que pudise acomodarse mejor.
_________________
*ok!, jaja, aunque horita ando inspirada XD; por cierto, on tas?, que no te apareces por el msn?*

-Me alegro mucho...-susurró mucho muy bajito, cerrando sus ojos por completo-Yo... realmente amo a nii-chan... aunque esté mal...-musitó finalmente, esbozando la sonrisa más tierna que haya podido expresar, cayendo finalmente en un dulce sueño...

*no podre esta semana T^T pero naoko-chan sera mi vocera *cofcoflellamareportelefonopararolearenelmsncofcof* y seguire aqui en mi psp T_T

La tarde caía, a la vez que me infiltraba en las calles de la ciudad, buscando la casa de mi victima, sonriendo con satisfacción al haberla encontrado: era una casa grande, algo ostentosa y con vigilancia.

Torcí la boca: tendría que esperar hasta que oscureciera para que fuer más fácil entrar.

Unas horas más tarde, cuando el sol ya había caído, salí de mi escondite, buscando la manera de pasar a los guardias que parecían pegados a sus lugares, además de las alarmas que probablemente estarían dentro.

Quizás por azares del destino, un grupo algo numeroso de personas llegó en un lujoso auto; bajaron, los guardias les hicieron un saludo y les permitieron pasar, luego le indicaron al chofer que fuera al estacionamiento.

La idea llegó a mi mente y no dudé en salir de donde estaba, buscando la manera de obtener mis objetivos.


-Mal...- me repetí sin comprender, luego sacudí la cabeza- pequeño, tú...- pero al mirarlo me di cuenta de que estaba dormido.

Suspiré sintiendome algo culpable, lo bajé de mi espalda para llevarlo entre mis brazos evitando que se pudiera caer; de vez en cuando miraba su sereno y tierno rosotro, preguntandome si de verdad sabía que eso estaba mal.

*e_e vaya, bueno, por lo menos tenemos estos roles jeje; que estan bien n_n

No supo qué pasó, solamente durmió hasta que el alba lo despertó. Se arregló mucho, y con sigilo dejó una nota en el buró de nii-chan...

-"Te espero en los árboles de cerezo del parque a las 10. Te dejé el desayuno listo, procura no llegar tarde. Atentamente: tu novia."-escribió, y abrigándose bien, fue a esperarle...

*lo se que desgracia

-Bien, pasa, estaciona el auto por allá- me indicó de mala gana uno de los guardias; de una manera muy simple me había logrado hacer de uno de los autos, y entraba al estacionamiento como un chofer cualquiera.

Bajé del auto en cuanto lo hube estacionado y aprovechando la oscuridad de la noche pasé inadvertido hasta el final del jardín, donde no encontraba la manera de entrar a la casa, hasta que noté que el balcón estaba abierto, justo para que entrara.

Subí con algo de dificultad y me encontré con la que al parecer era la recamara principal; me alegré de ello y me senté sobre la cama, esperando que los "invitados" se retiraran.

Pasaron cerca de dos horas, hasta que escuché que se retiraban y unos minutos más tarde, que se quejaban de la irresponsabilidad del chofer al haberse ido. Para mi fortuna, uno de ellos decidió conducir, así que no pasó mucho tiempo para que comenzara a escuchar las voces de la pareja que subía directo a su habitación.

Me escondí en la oscuridad hasta que entraron; iban agarrados por la cintura y se besaban con pasión; aparentemente estaban esperando ansiosos que los invitados se fueran.

Pronto se tendieron en la cama y justo cuando iban a comenzar a desprenderse de las ropas, salí de mi lugar de escondite con mi grifo en la mano.

-Lamento interrumpir, ¿da?, pero creo que ustedes pueden darme algunas respuestas.


Me desperté poco después de la 9 de la mañana; usualmente me despertaba temprano, pero esa noche no había dormido mucho, pues me quedé hasta tarde observando a mi pequeño dormir; se veía lindo.

Miré un papel que estaba sobre mi buró y lo leí a la vez que una sonrisa se ensanchaba en mi rostro; miré el reloj y me arreglé apresuradamente; tomé el desayuno que había hecho Nikté y corrí hacia el parque como si mi vida dependiera de ello.

*y que lo digas XD

-¡Nii-chan llegas tarde!-reprochó el niño, inflando levemente sus mejillas al ver a nii-chan.

Su aspecto, que constaba de un abrigo rojo, unos pantalones y boina negra a juego, más el ramo de girasoles en su mano y los pétalos de cerezo cayendo, le daban una imagen demasiado adorable, y más aún, recargado en el barandal que daba hacia un lago, siendo surcado por hojas otoñales...

*no se como le hare pero seguiremos roleando XDU *quiere llorar*

-R-respuestas... ¿de qué hablas?, ¿quién eres?- me dijo levantandose muy amenazador; corrió hacia la mesita de noche que estaba junto a su cama, pero al parecer no encontró lo que estaba buscando.

-Oh, lo siento, tompe prestada su pistola, ¿da?, creí que no la necesitarían- ambos me miraron con temor; me fui acercando a la pareja, levantando la tubería- bueno, creo que podría no hacerles mucho daño si me ayudan, ¿da?- ellos asintieron- lo que quiero saber es a dónde llevan a los niños.

-¿L-los ni-niños?, ¿de qué...

-¡Saben muy bien de lo que hablo!, ¡ustedes o su organización traen niños a la ciudad!, ¡¿a dónde los llevan?!- les dije amenazadoramente haciendo bruscos movimientos con el tubo, lo que lso asustó aún más; el sujeto en el suelo comenzó a hablar.

-Y-yo n-no sé- tomé a su pareja que seguía sobre la cama, haciendo ademán de estrellar la tubería en su cabeza- es-espera... y-yo no sé... so-sólo sé que... que los tra-traen a la ciudad y-y cre-creo que ve-venden sus servicios- su temor iba en aumento mientras mi mirada se volvía más amenazadora- y-yo so-sólo me en-cargo de limpiar e-el di-dinero que ob-tienen- finalizó.

-Mmmm...- me di la vuelta reflexionando por un momento- ¿otra cosa que tengas para decirme?- él negó violentamente- entonces ya no me sirven.

Me acerqué a ellos, impactando la tubería en el craneo de ambos de forma "intercalada" hasta que los hice pedazos; luego miré a los lados y volví a salir por el balcón, esperando que nadie viniera por mí luego de los gritos que dieron.

Afortunadamente pude salir; comenzé a caminar por las calles, ocultando la tubería dentro de mi gabardina, ya que estaba escurriendo en sangre; saqué la nota que me habían dado y tachpe sus nombres de ella.

-Dos menos, y faltan 6...


-Lo siento, ¿da?- le dije acercandome con una sonrisa; fue difícil de por sí haber tenido tan poco tiempo para arreglarme. Lo contemplé por unos momentos: se veía hermoso, claro, siempre ha sido hermoso para mí, pero su imagen en esos momentos iba más allá de la perfección. Llegué hasta él y le di un beso- privet, pequeño...

*DA!!! por mientras yo seguiré tejiendo *sigue con una bufanda que comenzó ayer XD*

Correspondió alegre-¿Adónde quieres ir? La venta de dulces ha ido muy bien, así que yo pago-dijo sonriente, tomándolo de la mano en actitud "seme" [según él], caminando un poco por las partes solitarias del parque...

*waaah tejiendo como rusia en la conferencia XD *yo ni mis calzones se coser[?] T_T*

Otra vez media noche: buscaba respuestas para saber quiénes eran los demás. Me arrepentí de haber matado tan rápidamente a mis primeras víctimas, pero eso era algo que no me podía quedar contemplando; además, algo me decía que cuando hayara al último de ellos, encontraría a Nikté.

Esa noche dormí poco y mal; en mis sueños me asaltaban los gritos de mi pequeño y para cuando desperté, estaba empapado en sudor y lágrimas. Me levanté, tomando una rápida ducha y salí nuevamente a la calle.

Por alguna razón todo me parecía muy irrealista; pues no podía creer que a pesar de que yo estaba muriendome por saber dónde estaba mi pequeño hermano, aún hubiese gente que reía distraídamente por esos barrios... aunque parecían tan pobres algunos...

¡Eso era!: debía encontrarlos dentro de las zonas más ricas de la ciudad, en los barrios más privados seguramente. Algo me decía que por lo menos uno de ellos no había resistido la tentación de haberse comprado una mansión en la misma ciudad en donde llevaban acabo sus negocios.

-Grave error... un error que será agradecido- me dirigí hacia allá, esperando encontrarlos.


-A donde quiera Nikté llevarme está bien, ¿da?- le respondí dejandolo que me guiara, aunque había un lugar- pero... si Nikté quiciera... me gustaría caminar por la otra orilla del lago, ¿da?, aunque tendríamos que tomar una lancha, pero hay un bonito comapo de ese lado.

*Exacto! jiji ya casi llevo la mitad! XD bah!, es sólo un poco de practica*

-Por mí está perfecto-asintió el pequeño, llevándolo casi corriendo hacia las lanchas-Ah, son para nii-chan-le dio el sencillo pero hermoso ramo de girasoles, antes de alquilar la balsa más bonita, haciendo esfuerzos enormes por tratar de remar solo, pero su sonrisa delataba lo apena pero feliz que estaba...

*soy una basca para eso pero igual lo quiero intentar XD

Desafortunadamente para mis planes, las cosa no habían salido bien como había planeado: no hubo ninguna manera de locanlizarlos en los siguientes días y ni que hablar de la preocupación que me invadía día con día.

Pero para agravar este estado, en las noticias se había anunciado la muerte de dos funcionarios públicos, lo que seguramente entorpecería mi busqueda cuando sus complices se enteraran.

Aquel día sin embargo, había logrado que me dijeran la dirección de uno de ellos; un hombre de apariencia despistada me indicó el camino; yo seguí la dirección, encontrandome con una casa algo descuidada.

Desconfiado me acerqué a ella; parecía que nadie vivía ahí en años; aún así, llegué a la puerta y la abrí, dandome cuenta de que estaba abierta; pasé al ver que no había nadie en ese momento. Sin embargo inmediatamente la puerta se cerró detrás de mí.

-Buenas tardes, Vitya- me volteé para encontrarme con un tipo sólo un poco más bajo que yo y con cabello castaño- o debería decir, Iván...- una sonrisa apareció en su rostro, a la vez que más sujetos me rodeaban, con pistola en mano.


-Spacibo- respondí mirando las bellas flores; creo que nunca había recivido un regalo tan bonito.

En cuanto subimos a la barca, me di cuenta de que tenía problemas para remar; suspiré enternecido y tomé el otro remo.

-Iván va a ayudar un poco, ¿da?

-Deja que lo haga...-exclamó el infante, siendo un completo orgulloso; pero cinco minutos después, se sentó mucho muy fatigado en la balsa, sudando a mares-Un poco de ayuda está bien...-susurró, echándose un poco de agua del lago en la cara, bastante fatigado...

Estaba en el suelo, sangrando; me habían golpeado tantas veces, pero no dejé salir no un solo lamento: habría sido mi fin, yo lo sé, en cuanto se aburrieran de meterme en su agonía me matarían; pero yo no podía morir: no ahora,no antes de haber rescatado a mi pequeño.

-Y bien... hemos escuchado hablar mucho de ti- me dijo el mismo castaño del principio- Iván Braginski: uno de los mejores elementos de la mafia rusa- se buró de mí- ¡já!, si tú eres el mejor elemento, no me puedo imaginar los demás: fuiste tan fácil de capturar...

-Si hubiese sido fáicl de capturar, no hubieran muerto tantos de sus compañeros, ¿da?- tenía que buscar la manera de obtener información, aún en estos casos.

-Jm- se acercó a mí para darme una bofetadam sacandome más sangre de la boca, pude probar el sabor metálico: nada que no hubiese probado antes...- ¡los tomaste en el peor momento, estúpido!, ¡no creas que eres el mejor, porque no lo eres!- me gritó- pero bueno, ahora te tenemos aquí y nunca llegarás a lo que deseas- levanté la vista- tu hermanito, ¿no es así?

-¿Qué sabes sobre eso?- le grité molesto y lleno de ira.

-¿Que qué sé?- se burló de mí- bueno, dejame ilustrarte, basandome en la pequeña listita que tenías- dijo sacando el papel que llevaba en mis ropas- a ver... sí... ellos tres- me señaló a los tres sujetos que se veían más amenazantes- y yo, estamos en esta lista- se burló- aunque no importa que te lo haya dicho, porque en unos minutos, tú muerto estarás y tu hermanito... trabajará el resto de sus días "inocentes" para llenarnos los bolsillos- se acecó a mí para susurrarme algo- y no sabes cuanto gusto me dará hacerle una "visita" especial para comprobar las maravillas que dicen de él.

-Eso era todo lo que necesitaba escuchar- dije yo, ellos me miraron extraño. Pero en un movimiento rápido, me levanté, tomando desprevenidos a todos, que tenían guardadas sus armas.

Con dificultad, porque tenía las manos atadas, derribé a dos de ellos y logré salir de la casa, corriendo por la calle que ahora estaba oscura y desierta.

-¡No huyas, imbécil!, ¡de cualquier manera te mataremos hoy, Braginski!


-jeje- me reí y tomé el remo, llevandonos a la otra orilla por mientras lo miraba: el rojo de su rostro, el sudor resbalando por su pequeño cuerpo... ¡nyet! debía de evitar pensar en ello en esos momentos.

Ya cuando estabamos cerca de la orilla, se la señalé, viendo desde ahí los hermosos pastizales.

El niño remó hasta ver el sitio que le había marcado nii-chan; encallando el bote, caminó un poco hacia los pastizales, sonriendo.

-¡Vamos, nii-chan!-lo tomó de la mano, casi corriendo, para llegar pronto...